Agrede el sentido
común el mero hecho de que se considere la posibilidad de debatir acerca de
legalizar prácticas abortivas. Sin embargo, considero también necesario que los
que defendemos la vida, y sobre todo los derechos de Dios, nos armemos con los
argumentos, muchas veces de sentido común, para repeler las argumentaciones de
los que propugnan la legalización de tan siniestra práctica. Expongo a
continuación algunos de los argumentos pro
aborto, y las respuestas a los mismos:
1.- “Es inhumano no legalizar el "aborto terapéutico" que
debería realizarse cuando el embarazo pone a la mujer en peligro de muerte o de
un mal grave y permanente”.
2.- “Es brutal
permitir que una mujer tenga el hijo producto de una violación. Por ello, para
estos casos, debería legalizarse el aborto llamado "sentimental".
El aborto no va a
quitar ningún dolor físico o psicológico producido en una violación. Al
contrario, le va a agregar las complicaciones físicas y psíquicas que ya el
aborto tiene de por sí. Por otro lado, el fruto de este acto violento es un
niño inocente, que no carga para nada con la brutal decisión de su padre
genético. Ese niño inocente, que también es de la madre, no debe pagar
un crimen tan execrable con su vida. Si la madre no se ve capaz de criarlo,
puede darlo en adopción, y así romperá el ciclo de violencia.
Además el aborto
por violación no es siquiera aceptado por sus verdaderas víctimas, las mujeres
violadas. La violación es uno de los argumentos más manipulados a favor
del aborto. Hace dos años, en Estados Unidos, un Comité de Mujeres Embarazadas
por Asalto Sexual quiso hacerse oir: «Nos ofende profundamente cada vez que
nuestra difícil situación se explota para promover los intereses políticos de
otros». En los dos únicos estudios sobre estos
casos, se descubrió que aproximadamente el 70% de mujeres en
esta situación decidieron tener el niño. Además, un estudio sobre el síndrome
post-aborto, en una encuesta a estas mujeres, descubrió que al 80% de las que
habían abortado les había causado más mal que bien y se arrepentían.
3.- “Es necesario eliminar a un niño con
deficiencias porque él sufrirá mucho y le ocasionará sufrimientos y gastos a
los padres”
La Verdad: Este principio, conocido como "aborto eugenésico" se basa en el falso postulado de que "los lindos y sanos" son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no. Con ese criterio, tendríamos motivo suficiente para matar a los minusválidos ya nacidos.
Por otro lado,
científicamente, las pruebas prenatales no tienen seguridad del 100% para
determinar malformaciones o defectos. Además ninguna sociedad ha tenido
tantos medios (técnicos y sociales) como la nuestra para curar o mejorar la
calidad de vida de muchos enfermos. ¿Quién y dónde traza la línea de lo que es
una vida con calidad? Que cada vez haya más abortos por malformaciones menores y
perfectamente solucionables como el labio leporino es una
consecuencia lógica de hacer depender la dignidad de la calidad. Se habla de
calidad en vez de felicidad, que todos pueden alcanzar si alguien (hay mucha gente dispuesta) los
acoge y les da cariño. Incluso en el caso de que un niño vaya a morir poco
después de nacer, ¿no vale la pena compartir con él el mayor tiempo
posible?
Por último,
¿Quién puede afirmar que los minusválidos no desean vivir?
4.- “El aborto debe ser legal porque todo niño debe ser deseado”
La Verdad: Este es un argumento absurdo. El "deseo"
o "no deseo" no afecta en nada la dignidad y el valor intrínseco de
una persona. El niño no es una "cosa" sobre cuyo valor puede decidir
otro de acuerdo a su estado de ánimo. Por otro lado, el que una mujer no esté
contenta con su embarazo durante los primeros meses no indica que esta misma
mujer no vaya a amar a su bebé una vez nacido.
5.- “El aborto debe ser legal porque la mujer tiene derecho a decidir sobre
su propio cuerpo”
La Verdad: Pero no cuando el sentido común y la ciencia
moderna reconocen que en un embarazo hay dos vidas y dos cuerpos. Mujer, según
definición de diccionario, es un "ser humano femenino". Dado que el
sexo se determina cromosómicamente en la concepción, y más o menos la mitad de
los que son abortados son "seres humanos femeninos"; obviamente NO
TODA MUJER TIENE DERECHO A CONTROLAR SU PROPIO CUERPO, ya que al abortar en
estos casos se está asesinando a una mujer, a la que de esa manera se le está
privando de ese supuesto derecho a decidir sobre su cuerpo.
Los que alegan
que en las primeras semanas del embarazo se trata sólo de un puñado de células,
y que la madre tiene derecho a hacer lo que quiera con su cuerpo, presentan un
argumento a todas luces falso: Desde el instante mismo de la concepción,
existe ya un ser vivo con ADN humano único, que tiene que mandar un mensaje
químico a la madre para que no luche contra él. A las dos semanas de la
concepción (más o menos cuando se nota la primera falta), está completamente
implantado en el útero. Una semana más tarde, ya se le están formando el
cerebro, la médula espinal y los ojos; y unos días después le latirá el corazón.
Sí, se alimenta de la madre, pero también lo hace un bebé recién nacido. Es
decir, desde el mismo instante de la concepción (y para qué hablar a las dos o
tres semanas de ocurrida ésta) no cabe absolutamente la más mínima duda de que
nos encontramos ante una vida humana, completamente distinta a la de la madre.
En el caso del
aborto la mujer estaría decidiendo no sobre su propio cuerpo, sino sobre el de
un ser que no es ella, aunque esté temporalmente dentro de ella.
6.- “Con la
legalización del aborto se terminarían los abortos clandestinos”
La Verdad: Las estadísticas en los países "desarrollados"
demuestran que esto no es así. Por el contrario, la legalización del aborto lo
convierte en un método que parece moralmente aceptable y por tanto, como una
opción posible que no es igualmente considerada allí donde no es legal.
Pero dado que la
gran mayoría de abortos no son por un motivo "sentimental",
"terapéutico" o "eugenésico", sino por un embarazo
considerado "vergonzoso", no es extraño que la mujer -especialmente
si es adolescente o joven- busque igualmente métodos abortivos clandestinos por
la sencilla razón de que una ley, aunque quite la pena legal, no quita la
vergüenza y el deseo de ocultamiento. Por otro lado, esta mentira se basa en el
mito según el cual los abortos legales son más "seguros" que los
clandestinos.
El doctor Bernard Nathanson, pionero arrepentido del aborto
en Estados Unidos, ha reconocido que las estadísticas que daban de
abortos ilegales y de las muertes que causaban «eran completamente falsas».
7.- “El aborto es una operación tan sencilla como extraerse una muela o las
amígdalas. Casi no tiene efectos colaterales”
La Verdad : Las cifras desmienten esta afirmación.
Después de un aborto legal, aumenta la esterilidad en un 10%, los abortos
espontáneos también en un 10%, y los problemas emocionales suben del 9 al 59%.
Además, hay complicaciones si los embarazos son consecutivos y la mujer tiene
el factor RH negativo. Los embarazos extra-uterinos aumentan de un 0.5% a un
3.5%, y los partos prematuros de un 5% a un 15%. También pueden darse
perforación del útero, coágulos sanguíneos en los pulmones, infección, y
hepatitis producida por las transfusiones.
Además, cada vez más investigaciones tienden a confirmar una importante tesis médica: que la interrupción violenta del proceso de gestación mediante el aborto afecta las células de las mamas, haciéndolas sensiblemente más propensas al cáncer.
Además, cada vez más investigaciones tienden a confirmar una importante tesis médica: que la interrupción violenta del proceso de gestación mediante el aborto afecta las células de las mamas, haciéndolas sensiblemente más propensas al cáncer.
Por otro lado,
algunas mujeres tienen problemas emocionales y psicológicos inmediatamente
después del aborto, otras los tienen muchos años después: se trata del Sindrome
Post Aborto.
Las mujeres que lo padecen niegan y reprimen cualquier sentimiento negativo por un periodo promedio de al menos cinco años. Después surgen una variedad de síntomas, desde sudoraciones y palpitaciones hasta anorexia, alucinaciones y pesadillas. Los síntomas son sorprendentemente similares a los del Síndrome de tensión post traumático que sufrieron algunos veteranos, 10 años o más después de haber combatido en una guerra.
Las mujeres que lo padecen niegan y reprimen cualquier sentimiento negativo por un periodo promedio de al menos cinco años. Después surgen una variedad de síntomas, desde sudoraciones y palpitaciones hasta anorexia, alucinaciones y pesadillas. Los síntomas son sorprendentemente similares a los del Síndrome de tensión post traumático que sufrieron algunos veteranos, 10 años o más después de haber combatido en una guerra.
8. “Abortar es un derecho”
La verdad:
Abortar es un delito, despenalizado en ciertos países en algunos supuestos,
como ser que el embarazo sea fruto de una violación, que se presuma que el niño
nacerá con «graves taras (sic) físicas o psíquicas» (aborto eugenésico) y que
sea un grave riesgo para la vida y la salud física o psíquica de la madre
(aborto terapéutico). A pesar de lo que el lobby abortista intenta hacer creer
a los países que se oponen al aborto, todavía no han conseguido que ningún
documento de las Naciones Unidas reconozca un supuesto derecho al aborto. De
ninguna manera podría reconocerse que la madre tenga un derecho sobre la vida
de su hijo.
Aclaremos que, a pesar de que tan execrable delito se
encuentra despenalizado en ciertos casos, sostenemos que tal norma debería
derogarse, puesto que ninguna de las causales mencionadas más arriba
justificaría actuar positivamente para matar al nasciturus (ver el inicio de
este artículo, puntos A, B y C).
9.- “No se debe criticar el aborto, porque ya es
una decisión muy difícil: nadie quiere abortar”.
La verdad: La tesis de los partidarios del aborto es tan débil que sólo pueden defenderla diciendo que, en realidad, es un mal necesario que nadie quiere -salvo quienes lucran con él-. Si nadie quiere abortar, los gobiernos deben ofrecer un verdadero asesoramiento y ayudas a las embarazadas con dificultades; o, por lo menos, no retirar las subvenciones a las asociaciones que lo hacen.
10.- “No pueden imponerse las propias opiniones o
creencias a los demás”.
La verdad: Todos
los argumentos en contra del aborto hasta aquí enunciados se basan en datos
científicos, y en argumentos racionales. Curiosamente, casi siempre son los abortistas los
primeros en mencionar la religión para desacreditar todos los
argumentos de los pro-vida. Cualquier razón contra el aborto es una creencia.
Por el contrario, sus partidarios pueden imponer su opinión a toda la sociedad,
incluso a los no nacidos que son eliminados.
Dr. Norberto
Pablo Hatun
Publicado en revista Milo Nº 5, Diciembre del 2011