En la tarde noche del pasado miércoles 22 de agosto de
2018, un grupo de integrantes de nuestra organización, participamos de la Santa
Misa oficiada en la Catedral Basílica de Santiago del Estero por el Pbro. Juan
Castro Zavalía, sacerdote de buena doctrina y recta moral que como buen pastor
que es, no se rehúsa nunca a brindarnos su concejo y acompañamiento.
Dicha celebración eucarística tuvo un significado especial
ya que en ella el sacerdote celebrante hizo un encendido llamado a reafirmar
nuestra Fe Católica.
El llamamiento no podía ser más oportuno dado que en esos
momentos, en Plaza Libertad, tenía lugar una repugnante y pérfida convocatoria
a realizar una "apostasía colectiva" contra Fe en Jesucristo y su Santa
Iglesia Católica Apostolica y Romana.
Dicha convocatoria, realizada desde grupúsculos marxistas,
intolerantes, pervertidos y violentos, que militan en el ámbito local, fue un
intento más para agraviar y atacar a la comunidad católica local y la Fe de sus
integrantes.
Recordemos que una apostasía es la renuncia
que hace una persona de sus creencias religiosas y el abandono de la
religión a la que pertenecía. Digamos nosotros que en realidad dicho abandono NO nos
molesta ni nos ofende, porque como dice don Antonio Caponnetto “nunca le
importó a la Iglesia contar con hijos falsos, miembros traidores o feligreses
renegados”. Lo que si no vamos a tolerar es que con motivo de esas perfidas
manifestaciones publicas estas hordas de zurdos impios y endemoniados realicen
atentados contra nuestros templos, las sagradas imágenes o cometan cualquier
tipo de sacrilegios.
Por suerte en nuestra provincia todavía queda uno que otro
sacerdote valiente que no teme en decir la verdad oportuna e inoportunamente.
El Padre Castro Zavalía, en ese sentido y con una gran tino, hizo
un verdadero llamamiento a sostener nuestra Fe cristiana en su homilía,
inspirada en las lecturas del día (Ezequiel 34, 1-11 y Mateo 20, 1-16)
En primer lugar, el padre reflexionó sobre el rol
"pastoral" de la Iglesia toda y de los católicos, porque "todos
somos pastores" en algún momento, todos guiamos y protegemos, cuidamos y
curamos, buscamos y traemos al descarriado, como lo hace una pastor con su
rebaño.
Seguidamente, observó, a la luz del evangelio de Mateo, que todos
estamos llamados a trabajar en la viña del Señor y que "los últimos serán
los primeros, así como los primeros serán los últimos..." y todos
recibirán la bienaventuranza de Dios. Pero... ay!!! de aquellos que
"no hacen nada... de los que no se mueven... de los que se cierran en sí
mismos" y centró la prédica en la frase "por eso a mi no me gustan
los indiferentes". Y es que la indiferencia y la apatía de muchos
católicos hace más daño que los ataques de aquellos que reniegan de la Fe verdadera.
La indiferencia y la apatía obran, en forma silenciosa, pero constante, a lo
largo de la historia del Hombre. Y es el deber del Buen Cristiano entrar y
actuar en esa Historia, de la mano de Cristo, Salvador de la Humanidad.
Al finalizar su homilía, el Presbítero Juan Castro Zavalía, en un
acto de gran misericordia, nos convocó a renovar nuestra Fe con el rezo, unidos
en comunidad, del Credo Niceno-constantinopolitano.
Hugo Alejandro Acuña