En el marco de las celebraciones por el día de nuestra
Independencia, el Circulo Nacionalista de Santiago del Estero manifiesta su
honda preocupación por los últimos acontecimientos públicos, que por su
gravedad institucional, opacan la celebración que da lugar al nacimiento
soberano de nuestra nación Argentina un 9 de Julio de 1816, donde el pueblo
criollo tomó, la dolorosa pero necesaria decisión, de realizar un acto de
autodeterminación legítimo con respecto a la Corona de España de Fernando VII.
Las diversas corrientes historiográficas siempre han
mostrado a la Independencia Nacional como un acto de ruptura total con nuestro
pasado hispánico, como si fuésemos niños
rebeldes, que envalentonados desde el 25 de Mayo de 1810, decidimos enfrentar a
nuestra Madre Patria para liberarnos de su “yugo opresor”, rompiendo de ese
modo con unas cadenas que desde la fundación de Santiago del Estero, nos
sometían y ultrajaban. Nada más que puro sofismo liberal.
Ni el 25 de mayo de 1810 fue tan revolucionario, ni el
9 de Julio fue tan independista. Así como Mayo fue un acto autonómico realizado
en perfecta lealtad con el rey ausente; el 9 de Julio fue la decisión legítima
de emancipación ante ese mismo rey que -vuelto al trono- se negó a reconocer lo
que hicieron sus leales vasallos.
Fue esa realidad la que llevó a los pueblos de las
Provincias Unidas del Rio de la Plata a iniciar el camino de la independencia política
de España y de toda nación extranjera. Sin embargo ese hecho no significaba una
independencia de nuestro pasado ni de nuestra cultura fundacional. La Argentina
seguía siendo fiel depositaria del espíritu de la hispanidad católica. Seguía
siendo fiel a su tradición histórica; y fue tan así que solo luego después de
la caída del gobierno de don Juan Manuel Rosas que comenzó a imponerse en
nuestro país una falsa tradición liberal, materialista y laicista.
En definitiva, lo que los congresales de 1816
declararon en Tucumán fue nuestra independencia política, no el abandono de
nuestra Tradición Hispano Criolla y católica. El proyecto iluminista masonico y
anti argentino se instalara recién después del 3 de Febrero de 1852, con la
derrota nacional de Caseros.
Es por eso que hoy en día nuestra nación se encuentra
en un estado total de postración, en lo político y económico, pero sobre todo
en lo cultural y espiritual. Porque hemos perdido nuestra independencia política
y porque hemos renegado de nuestra autentica Tradición nacional.
Un ejemplo, pequeño pero muy significativo de ello, es
lo sucedido tan solo hace unos días, cuando un colectivo minoritario pero
poderoso izó en una plaza pública su bandera multicolor reemplazando a nuestro
pabellón nacional celeste blanco, prenda
de unión de todos los argentinos sin exclusiones. Y otro ejemplo más –también
sucedido hace poco- fueron las expresiones de un ex gobernador de la provincia
de Mendoza y actual legislador nacional, quien descaradamente propuso la
secesión de su provincia del resto de nuestra nación.
Pero hay que decir que a pesar de todos estos signos
de oscurantismo y de perdida de nuestra independencia, existe todavía una
esperanza, un haz de luz que se ve reflejado en el Nacionalismo Argentino y en
el espíritu patriótico de los argentinos sencillos y anónimos que buscan hacer
brillar de nuevo esta Independencia opacada por el error y la confusión.
Es por ello que frente a esta independencia opacada e
incompleta es nuestra obligación renovar aquel compromiso de nuestros congresales
de 1816, fortalecer nuestro federalismo más que nunca, y levantar de nuevo los
estandartes de batalla donde la Cruz y el Celeste y Blanco vuelvan a flamear juntos,
al son de clarines y tambores, al compás de espíritus altivos y dignos, de
almas ardiendo consagradas a Cristo y a la Patria.
POR UNA AUTENTICA INDEPENDENCIA NACIONAL, POR NUESTRAS
TRADICIONES AUTENTICAS
¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA PATRIA!.
CIRCULO NACIONALISTA DE SANTIAGO DEL ESTERO
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