viernes, 31 de julio de 2020

La nueva derecha y su viejo problema

Por: Matias Penida (de la Juventud del Circulo Nacionalista de Sgo del Estero)

         Días atrás, se tuvo que haber dado un debate importante dentro del ámbito liberal y próvida. El tema era si debe ser legal el aborto o no.

Por supuesto que para todos los nacionalistas y cristianos ese no es un tema debatible, no obstante ello algunos teníamos curiosidad por ver qué pasaba en ese debate entre liberales, pero este finalmente se canceló debido a que una de las exponente Gloria Álvarez (libertaria abortista), decidió cancelarlo por una excusa insólita de ser agredida por su contraparte Lupe Batallan (liberal, atea y pro vida) en la red social twitter.  

Si bien la idea de este artículo no es discutir sobre las polémicas internas que tengan estas mujeres, ni sobre la cancelación del debate, ni tampoco extendernos en algo tan obvio para el ámbito del nacionalismo como es nuestro no rotundo al aborto. Lo que si quisiéramos analizar aunque sea brevemente es el trasfondo ideológico de la paradoja que se da dentro del campo liberal, en el cual coexisten personar que apoyan la legalización del aborto (tal como si fueran progresista de izquierda) y personas que no lo hacen.

El filósofo Argentino Pablo Muñoz Iturrieta, hace una muy buena observación en su primer capítulo de su libro “Atrapado en el cuerpo equivocado”, en donde nos habla de los “orígenes liberales del marxismo”.  En él hace hincapié en que el fundamentos del feminismo radical de izquierda es la libertad absoluta, desenfrenada y sin límites, ya que reclaman un supuesto derecho a decidir sobre su cuerpo.  Obviamente entonces  que  hay aquí una exaltación de la libertad propia del liberalismo.

Surge entonces la pregunta ¿por qué esta visión exacerbada de la libertad es más acorde al liberalismo? La respuesta de este autor nos hace retrotraer a la esencia del liberalismo racionalista del siglo XVIII, en donde nos dice que al liberalismo le nació un hijo matón y rebelde que se cansó del liberalismo craso y adoptó una idea que venía gravitando ya desde la época de los sofistas en Grecia: el comunismo. Y continúa diciendo que históricamente el liberalismo se manifestó de dos maneras: Como un liberalismo blando (Liberalismo), y un liberalismo de línea dura (Comunismo), que ambos en esencia buscan lo mismo (la libertad como un absoluto), aunque con distintos métodos. 

Ambos liberalismos, el blando y el duro, tienen sus raíces en el pensador suizo Jean Jacques Rousseau y surgen debido a una contradicción interna de su pensamiento acerca del Estado, según la cual este no es algo del orden natural, pero sin embargo es algo necesario para la recreación de nuestro estado de naturaleza original.

Esta contradicción nos muestra el error de origen de estas corrientes ideológicas (Liberalismo y Marxismo), que niegan la existencia de un orden natural que permite dar un punto de partida para hablar de los derechos y obligaciones de las personas y de la libertad o de los derechos individuales después. Entonces la pregunta clave es: ¿Existe un orden natural y un derecho natural?

El profesor y filósofo Carlos Alberto Sacheri en su obra magna “El orden natural”, nos habla al respecto de esto si ¿existe acaso una ley natural, un derecho natural? El autor nos dice que el derecho natural “es lo que se le debe al hombre en virtud de su esencia” (ósea  por el simple hecho de ser hombre). También nos dice que “el derecho natural incluye un conjunto de principios o normas que todo hombre por ser tal puede considerar y exigir como suyo, como algo que le es debido”. Esto quiere decir que este derecho natural es inherente al hombre por  sobre todas las cosas. Ahora ¿Qué es lo que contiene el derecho natural que lo hace tan importante?  Sacheri nos dice que el ser humano posee tres inclinaciones que son: 1) la conservación de la existencia, 2) la propagación de la vida humana y 3) la tendencia a su perfección humana (intelectual y moral, social y religiosa); y que de esas tres inclinaciones nacen derechos y obligaciones.

 Así mismo el filósofo nos dice nuevamente “que todo el orden de las normas morales depende de un principio ético, evidente por sí mismo: <Hay que hacer el bien y evitar el mal>”. Con esto se entiende que este principio (hacer el bien) no admite ninguna excepción y excluye toda posibilidad de error.

Como ya sabemos, hace tiempo la llamada “nueva izquierda” viene atacando a los pueblos del mundo a través de distintos artilugios culturales, que no hace más que corromper el orden natural y la ley natural a la que hacía referencia Sacheri. Mientras que como contrapartida a esta ha surgido una nueva derecha (los llamados libertarios) que se presenta como su alternativa. Sin embargo ambas expresiones niegan “el orden natural de las cosas” y niegan el derecho natural; anteponiendo sus libertades individuales y sus egoísmos antes que la ley natural que nos incluye a todos por igual sin importar nuestros deseos o gustos ideológicos.

Entendido esto, realmente no nos sorprende para nada ver a alguien que se considere de derecha, liberal o libertario, y que sostenga que la mujer es libre de decidir sobre su cuerpo exactamente tal cual como dicen las feministas radicales de izquierda.

1 comentario:

  1. Muchas gracias a los camaradas del circulo nacionalista de Santiago por hacer público en su blog mi artículo.

    ResponderEliminar